“Todo lo que se le enseña a un niño se le impide inventarlo o descubrirlo.“ -Jean Piaget
Este modelo surge en los años veinte del siglo XX como una nueva forma más de cambiar el modelo tradicional por una forma de educación más dinámica y con varios puntos de vista con respecto al aprendizaje.
Los principales exponentes de este movimiento fueron Jean Piaget, John Dewey y María Montessori. La educación desarrollista, también conocida como cognoscitivista, está basada en aprender haciendo. Los alumnos progresan a través de la experiencia, se desarrollan y evolucionan de una manera secuencial, estructurada por el sistema de la escuela o el docente y cada alumno busca llegar por sí solo a pensamientos cada vez más elaborados.
Aquí, las relaciones sociales entre parejas, los juegos, la interacción con el medio y los errores juegan un papel fundamental para la adquisición de diferentes herramientas que ayudan a la autonomía y el desarrollo con relación a las dimensiones cognitivo, corporal, socio afectiva, ético-valorativo, comunicativa, estética y espiritual del niño en cada una de las actividades y acciones en el día a día.
Este es el sentido de este modelo pedagógico, ya que los errores son vistos como oportunidades para aprender y construir conocimiento.
Existen ciertas características clave que diferencian a este modelo y hacen que funcione de la mejor manera:
Que un niño lleve una vida con horarios es fundamental; importa mucho en qué orden hace cada cosa a lo largo del día, ya que prepara al niño para saber qué sigue y cómo hacer la transición. Los horarios pueden ser flexibles, pero siempre con orden.
Lo más difícil es ser contantes con las rutinas. Aunque los pasos se agilicen, hay que procurar seguir manteniendo el orden y no meter prisa a los niños. Cada uno tienen su propio ritmo que normalmente es muy diferente al de los padres, los maestros o los demás niños.
El maestro observa, analiza, constata, compara, determina, valora y presenta alternativas para el aprendizaje. Debe entender a sus alumnos para saber orientarlos, y apoyarlos en la búsqueda de su aprendizaje.
Como se menciona antes, el alumno debe encontrar su camino hacia el pensamiento crítico, a su propio ritmo y conservando aquello que más significativo le sea.
Bibliografía
https://psicologiaymente.com/desarrollo/modelos-pedagogicos
“Todo lo que se le enseña a un niño se le impide inventarlo o descubrirlo.“ -Jean Piaget
Este modelo surge en los años veinte del siglo XX como una nueva forma más de cambiar el modelo tradicional por una forma de educación más dinámica y con varios puntos de vista con respecto al aprendizaje.
Los principales exponentes de este movimiento fueron Jean Piaget, John Dewey y María Montessori. La educación desarrollista, también conocida como cognoscitivista, está basada en aprender haciendo. Los alumnos progresan a través de la experiencia, se desarrollan y evolucionan de una manera secuencial, estructurada por el sistema de la escuela o el docente y cada alumno busca llegar por sí solo a pensamientos cada vez más elaborados.
Aquí, las relaciones sociales entre parejas, los juegos, la interacción con el medio y los errores juegan un papel fundamental para la adquisición de diferentes herramientas que ayudan a la autonomía y el desarrollo con relación a las dimensiones cognitivo, corporal, socio afectiva, ético-valorativo, comunicativa, estética y espiritual del niño en cada una de las actividades y acciones en el día a día.
Este es el sentido de este modelo pedagógico, ya que los errores son vistos como oportunidades para aprender y construir conocimiento.
Existen ciertas características clave que diferencian a este modelo y hacen que funcione de la mejor manera:
Que un niño lleve una vida con horarios es fundamental; importa mucho en qué orden hace cada cosa a lo largo del día, ya que prepara al niño para saber qué sigue y cómo hacer la transición. Los horarios pueden ser flexibles, pero siempre con orden.
Lo más difícil es ser contantes con las rutinas. Aunque los pasos se agilicen, hay que procurar seguir manteniendo el orden y no meter prisa a los niños. Cada uno tienen su propio ritmo que normalmente es muy diferente al de los padres, los maestros o los demás niños.
El maestro observa, analiza, constata, compara, determina, valora y presenta alternativas para el aprendizaje. Debe entender a sus alumnos para saber orientarlos, y apoyarlos en la búsqueda de su aprendizaje.
Como se menciona antes, el alumno debe encontrar su camino hacia el pensamiento crítico, a su propio ritmo y conservando aquello que más significativo le sea.
Bibliografía
https://psicologiaymente.com/desarrollo/modelos-pedagogicos